" Me da vergüenza, mujeres, que os dé la impresión de que me excito demasiado con excesivas lamentaciones. Pero, pues la provocación violenta de que soy objeto me obliga a actuar así, comprendedme, pues, ¡cómo!, cualquier mujer biennacida no actuaría así, al comprobar las desgracias paternas, las que compruebo yo de día y de noche que se acrecientan más que menguan? A mi, a quien, en primer lugar, el comportamiento de la madre que me engendró me resulta sumamente hostil. Luego en casa, en la mía propia, convivo con los asesinos de mi padre y a las órdenes de éstos estoy y de éstos depende que yo consiga algo al igual que ser privada de ello. Por último, ¿qué días piensas que paso yo cada vez que veo a Egisto sentado en los tronos, los de mi padre, y cada vez que lo miro cuando usa la misma vestimenta que él y vierte libaciones junto al hogar donde lo mató? ¿Y cada vez que veo ¡el colmo de su desfachatez! a nuestro mismo asesino en el lecho de mi padre en compañía de mi desacarada madre, si es que procede llamarla madre a la se acuesta con él? Pero ella es tan descarada que hasta convive con ese espíritu contaminador sin miedo a Furia alguna. Al contrario, como riéndose de sus crímenes nada más que da con el día aquel en que antaño mató con engaño a nuestro padre en él dispone coros y sacrifica ovejas como ofrendas mensuales a los dioses salvadores. Y yo, al comprobarlo, desgraciada d mi, lloro en casa, me consumo y gimo por el llamado ¡maldito de él! festín de mi padre, sola a solas, pues ni siquiera me es dado llorar todo lo que mi corazón gusta d llorar. Pues ésa, la mujer de bien a juzgar por sus justificaciones, me insulta con reproches de esta jaez: "¡Ser abominable, detestable de los dioses!¿Sólo a ti se te ha muerto el padre? ¿Ningún otro mortal está de luto? ¡Ojalá perecieras de mala manera y que jamás te liberaran de las lamentaciones actuales los dioses infernales!" Así me insulta, menos cuando oye a alguien que va a venir Orestes. Entonces frenética grita encima de mi "No eres tú la culpable de esta mi situación? ¿No es cosa tuya el hecho este, tú que me quitaste a Orestes del alcance de mis manos y lo pusiste en lugar seguro? Pero sábete que pagarás, sí, el conveniente castigo" Me ladra con amenazas de este tipo y la incita a ello, presente y unido al lado de ella, el ilustre, su amante, ese individuo el colmo de la cobardía, el colmo de la maldad, el que planta batalla a las mujeres. Y yo, mientras espero constantemente a Orestes que llegue para poner fin a esta situación, me consumo, desgraciada d mi, pues él con sus constantes proyectos de llevar a cabo algo sonado ha destrozado todas mis esperanzas, las de aquí y las de allá. Por eso, queridas, en tal estado de ánimo no puede una ni dominarse ni ser respetuosa, sino que , en medio de afrentas, es inevitable en alto grado hacerse un experto en afrentas."
...gracias a Alexandra.
1 comentario:
Hola .. Necesito un monologo para la universidad .. Este es clasico antes d el año 1700?
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