jueves, 1 de noviembre de 2007

Pajarito Asustado

Helmer:

Sí, está bien; procura tranquilizarte y reponerte, pajarito asustado. Descansa tranquila, yo tengo alas lo suficientemente grandes para cobijarte.

¡Oh, que hogar tan tranquilo y acogedor! Aquí estás segura; te guardaré como a una paloma perseguida a quien hubiese arrancado sana y salva de las garras del gavilán. Poco a poco lo conseguiré. Nora, creeme. Mañana lo verás todo de otra manera. Pronto la vida empezará a ser como antes y no habrá necesidad de repetirte que te he perdonado, porque, sin duda, lo advertirás por tí misma. ¿Cómo puedes pensar que me pasara por la imaginación repudiarte ni recriminarte por nada? ¡Ah! Nora, no conoces la bondad de un verdadero hombre. ¡Le es tan dulce perdonar a su propia mujer cuando lo hace de corazón! Es como si fuese dos veces suya, como si hubiera vuelto a traerla al mundo, y ya no ve en ella sólo su mujer, sino también su hija. Eso es lo que vas a ser para mí desde hoy, criatura inexperta. No tienes que temer nada, Nora. Yo supliré lo que te falte de voluntad y de conciencia.

...gracias a Lolita88.

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